miércoles, 10 de julio de 2019

Nacer de la mierda

Capítulo 1


Y ahí estábamos nosotros, abrazados en su cama, el último momento que estaríamos juntos. "Te amo, pero ya no quiero estar contigo", lo dijo acariciándome el pelo, sin remordimiento, sin una razón y sin asco. 

Los minutos empezaron a suspirar, pero mi corazón solo quería estallar en llanto. Mi mundo se desmoronó esa noche, recuerdo por recuerdo, y con una lágrima atorada entre la garganta y el corazón, entendí que tenía que salir de ahí, de ese espacio al que ya no era bienvenido.

Me levanté , me puse las zapatillas y salí. Me siguió. Mis pasos se sincronización con mis latidos y mi vista con mis emociones, nublosa. Llegué a la puerta y me dijo "cómo te vas a ir así?". Fue la última vez que lo vi a los ojos, a esos hermosos ojitos oscuros en los que me perdí más de una vez. Salí, pero esta vez no me siguió.


Mil preguntas, mil penas, mil dolores, mil ganas de verle de nuevo y abrazarle. El teléfono sonó, era un mensaje suyo: "me preocupas, avísame cuando llegues a casa". Y yo tan encantador le respondí con un amoroso y bien merecido: "Vete a la mierda".

No recuerdo mucho más de esa noche, solo que lloré todo el camino a casa. 

A pocos minutos de la medianoche solo quería que las sábanas de mi cama, que todavía guardaban el perfume de su cariño, me regresaran a la realidad que me acababan de arrebatar. Mi habitación se inundó de una densa pena, sentí que esa noche no acabaría nunca... y lo peor de todo es que no quería que acabe, imaginar en despertar sin estar juntos me carcomía el alma.


Me dormí 100 veces y me desperté 100 veces más y cada vez que abría los ojos, entre suspiros, deseaba que todo esto haya sido una pesadilla, pero la pesadilla estaba ahí, incluso estando despierto.

Esa misma angustia que no me dejó dormir fue la que me impulsó a escribirle desde la madrugada. "Te amo, no hagas esto, podemos salir adelante, juntos, de la mano, como lo hemos hecho antes." Qué esperaba? Qué patético, hasta le pedí por favor.

Y hasta que finalmente me respondió, pero todo era muy frío, me dio la sensación de  no conocerle. Con un "Te amo, pero necesito esto para mí" me hizo entender que el "para siempre" no es para siempre.

Así empezó esta nueva etapa de mi vida, con el corazón triturado, con la incertidumbre de no entender qué pasó, con la frustración de no lograr nada, con los sueños saboteados y con una triste pena anclada en el alma. 

Dentro de esa mierda nació El Mamarracho Emocional, A.K.A. yo. Por cierto, tengo 27 años, limeñito millenial, piscis, gay y ahora... Soltero...